Der Text der Nationalhymne von Ecuador
Salve, Oh Patria
¡Salve, Oh Patria, mil veces! ¡Oh Patria,
gloria a ti! Ya tu pecho rebosa
gozo y paz, y tu frente radiosa
más que el sol contemplamos lucir.
Indignados tus hijos del yugo
que te impuso la ibérica audacia,
de la injusta y horrenda desgracia
que pesaba fatal sobre ti,
santa voz a los cielos alzaron,
voz de noble y sin par juramento,
de vengarte del monstruo sangriento,
de romper ese yugo servil.
¡Salve, Oh Patria, mil veces! ¡Oh Patria,
gloria a ti! Ya tu pecho rebosa
gozo y paz, y tu frente radiosa
más que el sol contemplamos lucir.
Los primeros, los hijos del suelo
que, soberbio, el Pichincha decora,
te aclamaron por siempre señora
y vertieron su sangre por tí.
Dios miró y aceptó el holocausto
y esa sangre fue germen fecundo
de otros héroes que atónito el mundo
vió en tu torno a millares surgir.
¡Salve, Oh Patria, mil veces! ¡Oh Patria,
gloria a ti! Ya tu pecho rebosa
gozo y paz, y tu frente radiosa
más que el sol contemplamos lucir.
De estos héroes al brazo del hierro
nada tuvo invencible la tierra,
y del valle a la altísima sierra
se escuchaba el fragor de la lid.
Tras la lid, la victoria volaba,
libertad tras el triunfo venía,
y al león destrozado se oía
de impotencia y despecho rugir.
¡Salve, Oh Patria, mil veces! ¡Oh Patria,
gloria a ti! Ya tu pecho rebosa
gozo y paz, y tu frente radiosa
más que el sol contemplamos lucir.
Cedió al fin la fiereza española,
y hoy, oh Patria, tu libre existencia
es la noble y magnífica herencia
que nos dio el heroísmo feliz.
De las manos paternas la hubimos,
nadie intente arrancárnosla ahora,
ni nuestra ira excitar vengadora
quiera, necio o audaz, contra sí.
¡Salve, Oh Patria, mil veces! ¡Oh Patria,
gloria a ti! Ya tu pecho rebosa
gozo y paz, y tu frente radiosa
más que el sol contemplamos lucir.
Nadie, oh Patria, lo intente. Las sombras
de tus héroes gloriosos nos miran,
y el valor y el orgullo que inspiran
son augurios de triunfos por ti.
Venga el hierro y el plomo fulmíneo,
que a la idea de guerra y venganza
se despierta la heroica pujanza
que hizo al fiero español sucumbir.
¡Salve, Oh Patria, mil veces! ¡Oh Patria,
gloria a ti! Ya tu pecho rebosa
gozo y paz, y tu frente radiosa
más que el sol contemplamos lucir.
Y si nuevas cadenas prepara
la injusticia de bárbara suerte,
¡gran Pichincha! prevén tú la muerte
de la Patria y sus hijos al fin
Hunde al punto en tus hondas entrañas
cuanto existe en tu tierra, el tirano
huelle solo cenizas y en vano
busque rastro de ser junto a ti.
¡Salve, Oh Patria, mil veces! ¡Oh Patria,
gloria a ti! Ya tu pecho rebosa
gozo y paz, y tu frente radiosa
más que el sol contemplamos lucir.
Sei gegrüßt, oh Vaterland!
Gegrüßet seist du, o Vaterland, tausendfach!
O Vaterland, dir sei Ruhm! Dir sei Ruhm!
Und deine Brust, deine Brust fließt über
von Wonne und Frieden fließt deine Brust über;
und an der Stirn, deiner strahlenden Stirn,
sehen wir mehr als die Sonne leuchten.
Entrüstet eure Kinder von dem Joch
Die iberische Kühnheit, die euch auferlegt wurde,
des ungerechten und schrecklichen Unglücks
Das hat Sie fatal belastet,
Sie erhoben ihre heilige Stimme in die Lüfte,
Eine Stimme von edlem und unvergleichlichem Schwur,
Um dich an dem blutigen Ungeheuer zu rächen,
Um dieses unterwürfige Joch zu brechen.
Die Ersten, die Söhne der Erde,
die der Pichincha so prächtig schmückt,
haben dich für immer zur Herrin erhoben,
und vergossen ihr Blut für dich.
Gott sah es und nahm das Opfer an.
Und dieses Blut ward fruchtbarer Keim
weiterer Helden, die staunend die Welt
in deinem Umkreis zu Tausenden sich erheben sah.
Von diesen Helden zum eisernen Arm
Nichts hatte die Erde unbesiegbar,
Und vom Tal bis zum höchsten Gebirge
Das Getöse des Kampfes war zu hören;
Nach dem Kampf flog der Sieg davon,
Nach dem Triumph kam die Freiheit,
Und der zerschmetterte Löwe wurde gehört
Von Hilflosigkeit und Trotz brüllen.
Die spanische Grimmigkeit wich schließlich,
Und heute, o Vaterland, deine freie Existenz
Ist das edle und großartige Erbe
Das glückliche Heldentum hat uns gegeben;
Wir hatten es aus väterlichen Händen,
Niemand soll versuchen, sie uns jetzt zu entreißen,
Noch erregt unser Rachezorn
Würde, töricht oder kühn, gegen sich selbst.
Kein Mensch, o Vaterland, soll es versuchen. Die Schatten
Deiner glorreichen Helden Blick auf uns herab
Und der Mut und der Stolz, den sie wecken
Sind Vorboten des Triumphs für dich.
Kommt das Eisen und das glühende Blei,
Dass der Gedanke an Krieg und Rache
Die heroische Kraft erwacht
Das brachte den grimmigen Spanier zum Nachgeben.
Und wenn neue Ketten sich vorbereiten
Die Ungerechtigkeit des barbarischen Schicksals,
Großer Pichincha! Sieh den Tod voraus
Vom Vaterland und seinen Kindern endlich;
Versinkt sofort in euren seltsamen Tiefen
Alles, was in deinem Land existiert, der Tyrann
Riecht nur Asche und vergeblich
suche vergeblich nach einer Spur des Zusammenseins mit dir.
inoffizielle Übersetzung
Die Nationalhymne von Ecuador wurde von Juan León Mera geschrieben und von Antonio Neumane komponiert.
Das Motto Ecuadors: Gott, Vaterland und Freiheit.